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En el dinámico y competitivo panorama empresarial actual, la búsqueda de capital es una constante. Tradicionalmente, los empresarios han recurrido a la banca como la fuente principal de financiamiento. Sin embargo, lo que muchos no perciben es que el ecosistema financiero ha evolucionado, ofreciendo un abanico de alternativas que no solo proporcionan liquidez, sino que también pueden convertirse en verdaderos catalizadores de crecimiento estratégico. Este informe explora estas opciones, desvelando sus mecanismos, beneficios y consideraciones clave, con el objetivo de empoderar a los empresarios a romper con la dependencia del crédito bancario y descubrir caminos más flexibles y estratégicos.
El crédito bancario, considerado la ruta “veterana” y “tradicional” para la obtención de fondos, se caracteriza por un proceso “bien establecido” que incluye solicitudes detalladas, rigurosas revisiones de crédito y la exigencia de garantías, todo ello enmarcado en un “marco regulatorio estricto”.1 Si bien esta estructura confiere una sensación de “seguridad y previsibilidad” 1, también viene acompañada de una considerable “burocracia y limitaciones”.1
El proceso de solicitud de un préstamo bancario es a menudo “riguroso” y “demorado”, requiriendo una “gran cantidad de papeleo”.2 Las entidades bancarias imponen “requisitos crediticios estrictos” y, con frecuencia, exigen “garantías” significativas.3 Un aspecto crítico es que los préstamos bancarios resultan en un “aumento de la deuda en el balance general” de la empresa 3, lo que puede afectar su perfil crediticio. Además, los pagos son “fijos y deben realizarse independientemente del flujo de caja de la empresa” 3, lo que introduce una notable inflexibilidad, especialmente en periodos de baja liquidez o desaceleración económica. Para startups o empresas con un historial crediticio limitado o sin activos tangibles para ofrecer como garantía, los bancos tradicionales pueden mostrarse “disuadidos” de otorgar financiamiento, dejando a muchas empresas con un alto potencial de crecimiento sin el capital necesario para materializar sus ideas.5
La rigidez inherente del sistema bancario tradicional, con sus estrictos marcos regulatorios y su aversión al riesgo, crea barreras significativas para entidades dinámicas como las startups y las PYMES en crecimiento. Esta inflexibilidad, manifestada en procesos de aprobación prolongados y requisitos de garantía estrictos, genera una demanda insatisfecha de capital flexible, rápido y menos dependiente de activos tangibles. Esta necesidad del mercado impulsa directamente la emergencia y el crecimiento de soluciones de financiamiento alternativas. Es así como las propias limitaciones de la banca tradicional se convierten en un motor para la innovación y la proliferación de opciones de financiamiento no bancarias, lo que demuestra una evolución del mercado donde las debilidades del sistema tradicional alimentan las fortalezas de los modelos alternativos.6
Frente a las limitaciones de la banca tradicional, la financiación alternativa emerge como un enfoque “innovador, flexible y siempre en evolución”.1 Estas opciones se distinguen por ofrecer soluciones “más ágiles y personalizadas” 1, adaptándose a las necesidades específicas de la empresa en lugar de imponer un modelo rígido. El resultado es un aumento en las “oportunidades de obtener fondos y condiciones más alineadas con las necesidades y capacidad de crecimiento” de cada negocio.1
El financiamiento alternativo representa un cambio fundamental en la relación entre el proveedor de capital y la empresa. Mientras que la banca tradicional opera bajo una lógica transaccional —un préstamo se otorga y debe ser reembolsado bajo términos fijos, sin importar el desempeño del negocio 3—, las alternativas, especialmente el capital privado y la coinversión, ofrecen mucho más que una simple inyección de fondos. Estos modelos proporcionan “acceso a la experiencia y la red de contactos de los inversores” 8, contribuyen a la “mejora de la gestión empresarial” 9 y otorgan una valiosa “validación y respaldo”.10 Esto transforma la financiación de un mero costo de capital a un activo estratégico. Los inversores alternativos a menudo tienen un interés directo en el éxito de la empresa, lo que los lleva a contribuir con valor estratégico y recursos que un banco tradicional rara vez ofrece. Este cambio de paradigma convierte al proveedor de capital en un verdadero “socio estratégico”, colaborando activamente en el desarrollo y la resolución de problemas del negocio.
El capital privado es una modalidad de financiamiento en la que “los inversionistas proporcionan fondos directamente a empresas, comúnmente en etapas de crecimiento o reestructuración, a cambio de una participación accionaria”.8 Estos inversores pueden ser “individuos, firmas de capital privado o fondos de inversión”.8 A diferencia de la inversión en mercados públicos, el capital privado implica la adquisición de una participación en una empresa que no cotiza en bolsa, permitiendo a los gestores de la inversión centrarse en cambios positivos y duraderos sin la presión de las demandas a corto plazo de los mercados de valores.11
Dentro del espectro del capital privado, existen distinciones clave. El Venture Capital (Capital Emprendedor) se enfoca específicamente en “empresas de nueva creación” o startups, apoyando a emprendedores con ideas innovadoras que requieren respaldo financiero y experiencia para su lanzamiento y expansión.11 Por otro lado, el Private Equity realiza “inversiones a largo plazo en pequeñas, medianas y grandes empresas con el objetivo de hacerlas más grandes, fuertes y rentables”.11 Los gestores de private equity se involucran activamente en la operación de estas empresas, conocidas como compañías de cartera, durante varios años.11
La inversión de capital privado se erige como un motor de transformación que va más allá de la mera inyección de fondos. Si bien su función principal es proporcionar el capital necesario 8, los datos indican que estos inversores ofrecen “acceso a la experiencia y la red de contactos” 8, impulsan la “mejora de la gestión empresarial” 9 y contribuyen al “fortalecimiento de la estructura de capital” de las empresas.12 Esto implica un compromiso activo en “fortalecer la dirección, mejorar las operaciones y expandirse a nuevos mercados”.11 En este sentido, el capital privado no se limita a ser una fuente de dinero; se convierte en un socio estratégico que trabaja para optimizar la eficiencia operativa, la gobernanza y el posicionamiento en el mercado de las empresas en las que invierte, facilitando una transformación más integral que la que podría lograrse con una simple inyección de deuda.
El proceso de levantamiento de capital privado, aunque intrincado, sigue una serie de pasos estratégicos diseñados para maximizar las posibilidades de éxito. El punto de partida es “definir objetivos y necesidades financieras” con absoluta claridad.8 Esto implica determinar la cantidad exacta de capital requerido y su uso específico, así como establecer un plazo para el retorno a los inversores.8
Una vez definidos los objetivos, el siguiente paso crucial es “preparar la propuesta de inversión” de manera exhaustiva y precisa.8 Esta documentación debe incluir un resumen ejecutivo atractivo, un análisis de mercado sólido, un plan financiero detallado y una presentación convincente del equipo directivo.8 La preparación de informes y gráficos es fundamental para respaldar la propuesta.13
Posteriormente, es indispensable “identificar a los inversores adecuados”.8 Esto puede incluir inversores ángeles, capitalistas de riesgo, inversores institucionales o programas de subvenciones gubernamentales que se alineen con las necesidades y objetivos específicos de la empresa.8 Conocer a la audiencia, investigando su trayectoria, poder económico, inversiones anteriores y gustos personales, es esencial para adaptar la presentación.13
La “presentación de la propuesta de forma convincente” es un arte que requiere práctica, personalización y una actitud persuasiva y segura, demostrando pasión y confianza en el negocio.8 La transparencia, incluso al reconocer debilidades, puede fortalecer la propuesta.13 Finalmente, la “negociación con inteligencia” es vital, lo que implica comprender a fondo los términos de la inversión, negociar los puntos clave y buscar asesoramiento profesional si es necesario.8 Es fundamental establecer límites y no ceder en aspectos que comprometan la visión a largo plazo de la empresa.13
La atracción de capital privado se distingue de la financiación bancaria tradicional por el énfasis en la “preparación estratégica” sobre la “solvencia histórica”. Mientras que los bancos tradicionales se basan en gran medida en historiales crediticios y garantías establecidas 3, el levantamiento de capital privado prioriza una “propuesta de inversión” detallada 8, “objetivos claros” y un “guion perfectamente definido”.13 Esto indica que el potencial y la visión estratégica del negocio, articulados a través de una narrativa convincente y un plan robusto, son de suma importancia. La capacidad de “mostrar la mejor versión tanto de ti como de tu empresa” 13 y de “conocer a tu audiencia” 13 sugiere que las habilidades persuasivas del emprendedor y la viabilidad futura del proyecto tienen un peso mayor que el desempeño financiero pasado en las etapas iniciales de la búsqueda de capital. Esta es una distinción crucial para las empresas nuevas o en rápida evolución.
El levantamiento de capital privado ofrece una serie de ventajas significativas que lo posicionan como una alternativa superior al crédito bancario tradicional, especialmente para empresas con ambiciones de crecimiento acelerado y transformación.
En primer lugar, proporciona “acceso a grandes sumas de capital”.9 A diferencia de los préstamos bancarios, que a menudo tienen límites basados en la capacidad de endeudamiento y las garantías, el capital privado permite financiar expansiones, adquisiciones y otros “proyectos de crecimiento importantes” que, por su envergadura, pueden superar las capacidades de la financiación tradicional.9
En segundo lugar, se destaca la “mejora de la gestión empresarial y el apoyo estratégico”.9 Los inversores de capital privado no son meros proveedores de fondos; aportan “conocimientos especializados, mejores prácticas y una red de contactos valiosos”.9 Se involucran activamente en “fortalecer la dirección, mejorar las operaciones y expandirse a nuevos mercados” 11, lo que resulta invaluable para el desarrollo integral del negocio.8 Este apoyo va más allá de lo financiero, incidiendo en la eficiencia operativa y la toma de decisiones estratégicas.
En tercer lugar, el capital privado es un “catalizador de crecimiento acelerado y ventaja competitiva”.9 Con el respaldo financiero y estratégico de estos inversores, las empresas pueden “ejecutar sus planes de crecimiento de manera más rápida y efectiva”.9 Los fondos de capital privado “potencian el crecimiento de las empresas invertidas”, lo que se traduce en una “mayor utilidad” y la “creación de empleos de calidad”.12 La capacidad de actuar con celeridad en mercados competitivos es una ventaja decisiva.
Finalmente, la “diversificación del riesgo” es un beneficio inherente.9 Al obtener financiamiento de inversores privados, las empresas pueden “compartir los riesgos asociados con sus proyectos de expansión o desarrollo”, lo que reduce la carga financiera sobre los propietarios originales y les permite asumir proyectos más ambiciosos con una menor exposición individual.9
El capital privado actúa como un catalizador de crecimiento exponencial y ventaja competitiva sostenida. Mientras que los préstamos bancarios proporcionan capital, no ofrecen inherentemente orientación estratégica ni acceso a mercados. El capital privado, sin embargo, se enfoca explícitamente en la “mejora de la gestión empresarial” y el “crecimiento acelerado”.9 El caso de Carrot, que alcanzó “tasas superiores al 200% anualmente” 12, ilustra directamente cómo esta forma de capital, combinada con una gestión activa y una dirección estratégica, puede impulsar la trayectoria de una empresa mucho más allá de lo que los préstamos bancarios tradicionales y pasivos podrían permitir. Esto subraya que los beneficios del capital privado se extienden más allá de la mera inyección financiera, hacia una participación activa que mejora la eficiencia operativa, la penetración en el mercado y, en última instancia, una ventaja competitiva duradera.
A pesar de sus múltiples ventajas, el levantamiento de capital privado también conlleva una serie de consideraciones importantes que las empresas deben evaluar cuidadosamente antes de optar por esta vía de financiamiento.
Una de las principales preocupaciones son las “altas tasas de interés y costos” asociados.9 El capital privado a menudo implica “altos costos, incluidos honorarios de gestión y una parte significativa de las ganancias futuras”.9 Estos costos pueden ser “más elevados que otras formas de financiamiento, como los préstamos bancarios tradicionales” 9, lo que requiere una cuidadosa proyección financiera.
Otro aspecto crucial es la “pérdida de control sobre la empresa”.9 Al ceder una participación accionaria, los fundadores pueden verse obligados a “ceder una parte significativa de su participación accionarial y control”.9 Esto puede implicar una menor autonomía en la toma de decisiones estratégicas y operativas, ya que los nuevos socios tendrán voz y voto.
Asimismo, existe un “riesgo de endeudamiento”.9 Las adquisiciones apalancadas, que son comunes en las operaciones de capital privado, “implican un alto nivel de deuda, aumentando el riesgo financiero” para la empresa.9 Esta estructura puede hacer que la empresa sea más vulnerable a las fluctuaciones del mercado o a los cambios en las tasas de interés.
Finalmente, los “compromisos a largo plazo” son una característica distintiva.9 Los fondos de capital privado suelen tener una duración de “10 a 12 años”, durante los cuales los inversores esperan un “retorno significativo de su inversión”.9 Esta expectativa puede generar una presión considerable a largo plazo sobre la empresa para cumplir con los objetivos de rendimiento y salida de los inversores.9
Además de estas, existen otros riesgos inherentes a las inversiones de capital privado, que incluyen riesgos financieros (relacionados con la estructura de capital, el mercado general, la calidad crediticia de los activos subyacentes y el apalancamiento), riesgos tecnológicos (derivados de la gestión de la tecnología y la ciberseguridad), riesgos de terceros (asociados con la dependencia de proveedores externos), riesgos de fraude (internos) y riesgos de cumplimiento normativo (debido a la creciente presión regulatoria).14
La “pérdida de control” es una desventaja frecuentemente señalada en el capital privado.9 Sin embargo, esta aparente desventaja a menudo se compensa con la “mejora de la gestión empresarial” y el “apoyo estratégico y operativo” que los inversores aportan.12 La paradoja radica en que, si bien los fundadores ceden autonomía directa, ganan acceso a una invaluable experiencia, a redes de contactos y a una gobernanza disciplinada que puede aumentar significativamente la probabilidad de alcanzar valoraciones más altas y un éxito general mucho mayor. Esto implica que, para muchas empresas, una renuncia estratégica a cierto grado de control puede conducir a un resultado mucho más robusto y exitoso que el mantenimiento de un control total con recursos limitados.
El capital privado ha demostrado ser un motor de crecimiento transformador para diversas empresas, permitiéndoles alcanzar hitos que el financiamiento bancario tradicional difícilmente habría posibilitado. A continuación, se presentan ejemplos concretos de empresas que se beneficiaron de esta alternativa:
Empresa/Proyecto | Sector | Problema que Resolvió la Alternativa | Beneficio Clave sobre el Crédito Bancario |
Carrot | Transporte | Necesidad de capital semilla para iniciar y escalar operaciones en México. | ALL Venture Partners proporcionó inversión semilla y apoyo estratégico para “tropicalizar” el modelo, obtener apoyo gubernamental, y adquirir un competidor, logrando un crecimiento anual superior al 200% y expansión a nuevas ciudades.12 |
Crédito Real | Servicios Financieros | Búsqueda de un socio que aportara capital y valor para acelerar la institucionalización y preparar una OPI. | Nexxus Capital fortaleció su estructura de capital, apoyó la institucionalización y la incursión en mercados internacionales de deuda, lo que impulsó un crecimiento de cartera de 3.17x y utilidad neta de 14.35x, culminando en una OPI exitosa.12 |
Kavak | Plataforma de compraventa de autos | Necesidad de capital para escalar rápidamente y consolidarse como líder en el mercado. | Anteris apoyó con crédito simple y luego capital accionario, permitiendo a Kavak convertirse en el primer unicornio mexicano en 2020, demostrando la capacidad de adaptación del capital privado a las necesidades cambiantes de una startup de alto crecimiento.16 |
Bioelements | Biotecnología | Necesidad de capital para una expansión regional significativa. | Captó US$30 millones para continuar su expansión, un monto y una flexibilidad que la banca tradicional no suele ofrecer para proyectos de alto riesgo en etapas de crecimiento.17 |
Buk | Recursos Humanos (HR Tech) | Requerimiento de capital para expandir su plataforma tecnológica. | Cerró una ronda de US$35 millones, lo que le permitió escalar su plataforma de recursos humanos, un tipo de inversión que valora el potencial tecnológico y la escalabilidad, más allá de los activos tangibles que un banco tradicional podría requerir como garantía.17 |
Estos ejemplos ilustran cómo el capital privado no se limita a ser una fuente de financiación; es una fuerza transformadora que convierte “ideas prometedoras” en “líderes de mercado” a través de un apoyo integral. El crecimiento anual del 200% de Carrot y la ascensión de Kavak a la categoría de unicornio demuestran cómo este capital, combinado con una gestión activa y una guía estratégica, puede acelerar la trayectoria de una empresa mucho más allá de lo que los préstamos bancarios tradicionales y pasivos podrían lograr. Esto posiciona el capital privado como un factor de cambio fundamental, más allá de una simple transacción financiera.9
Una nota convertible es un instrumento financiero híbrido que comienza como deuda y tiene el potencial de transformarse en capital social de una empresa. Se define como “un préstamo a corto plazo que se convertirá en acciones o participaciones sociales de la sociedad”.18 Este modelo es particularmente prevalente y útil en el ecosistema de las startups.18 Es importante señalar que, en el contexto del Derecho español, el concepto de nota convertible no existe formalmente, sino que ha sido “importado del mundo anglosajón” y se instrumenta como un “préstamo convertible”.18
El acuerdo de nota convertible es un contrato negociable que típicamente incluye varios componentes clave. Estos son el “importe principal” (la cantidad invertida), una “tasa de interés” que a menudo es simbólica (alrededor del 1% o 2%, ya que el objetivo principal no es la rentabilidad por intereses, sino la conversión a capital) 18, una “fecha de vencimiento” (el plazo máximo para la conversión o el reembolso) 20, un “descuento de conversión” (generalmente entre el 10% y el 30% sobre el precio por acción de la siguiente ronda de financiación, para recompensar a los inversores tempranos) 20, y un “cap de valoración” (un límite máximo en la valoración de la empresa a la que se convertirá la nota, protegiendo al inversor de una dilución excesiva si la valoración de la empresa se dispara).20
La nota convertible actúa como un puente estratégico para las startups que enfrentan una valoración incierta. Las empresas en sus etapas iniciales a menudo tienen dificultades para establecer una valoración precisa debido a la falta de historial financiero y a la imprevisibilidad de su crecimiento futuro.24 Los préstamos bancarios tradicionales, en contraste, suelen requerir una “valoración más establecida” de la empresa para determinar la capacidad de pago y las condiciones del préstamo.21 Las notas convertibles eluden elegantemente este obstáculo al “evitar la valoración temprana” 24 y permitir que esta se “posponga hasta la siguiente ronda de financiamiento” 24, cuando la empresa haya madurado y sea más fácil estimar su valor real. Esta flexibilidad es crucial, ya que permite a las startups obtener financiación rápidamente sin verse atascadas en debates complejos y potencialmente inexactos sobre su valoración, acelerando así el proceso de recaudación de fondos para negocios incipientes.
El proceso mediante el cual una nota convertible se transforma de deuda en capital es un aspecto fundamental de su diseño y flexibilidad. La conversión de la deuda en acciones se activa generalmente cuando se cumplen “tres eventos clave” predeterminados en el acuerdo: la empresa “levanta suficiente capital para alcanzar un punto de referencia predeterminado” (típicamente una ronda de financiación de capital significativa), el “plazo del préstamo expira” (la fecha de vencimiento) o la “empresa es vendida” (un evento de liquidación).20 En algunas ocasiones, la conversión también puede estar vinculada a la consecución de “hitos o metas” específicas de desarrollo del negocio.18
En el momento de la conversión o al vencimiento del plazo, el inversor suele tener una opción estratégica: “cobrar la deuda” (recibir el importe principal más los intereses acumulados) o “convertirla en acciones” de la empresa.23 La elección dependerá de lo que el inversor considere más valioso en ese momento, basándose en la valoración actual de la empresa y sus perspectivas de crecimiento futuro. Si la empresa ha crecido significativamente, la conversión a acciones, posiblemente con un descuento o bajo un valuation cap, puede ofrecer un retorno mucho mayor que el simple reembolso de la deuda.21
El mecanismo de conversión de una nota convertible funciona como una “opción de flexibilidad” tanto para el inversor como para la empresa. No es una regla rígida, sino una elección negociada. Para el inversor, esta estructura ofrece la flexibilidad de convertir la deuda en capital, lo que le permite beneficiarse del crecimiento futuro de la empresa, o de exigir el reembolso de la deuda, lo que mitiga el riesgo si la empresa no cumple con las expectativas de crecimiento.20 Para la empresa, esta estructura proporciona capital sin una dilución inmediata del capital de los fundadores, permitiéndoles demostrar el crecimiento y el progreso del negocio antes de una valoración formal y potencialmente más favorable.21 Esta naturaleza dual crea un escenario potencialmente beneficioso para ambas partes: los inversores obtienen un potencial de crecimiento significativo al tiempo que conservan la protección de la deuda, y las empresas pueden diferir la valoración y gestionar la dilución de manera estratégica.
El crédito convertible presenta ventajas distintivas que lo hacen particularmente atractivo para startups y empresas en crecimiento, superando en ciertos aspectos las ofertas de financiamiento bancario tradicional.
Una de las principales ventajas es su “rapidez y sencillez”.24 Las notas convertibles son consideradas “operaciones sencillas” y ofrecen una notable “agilidad y velocidad en la obtención de financiamiento”.24 Al evitar la necesidad de una valoración detallada de la empresa en sus etapas iniciales, las negociaciones se vuelven “más simples y rápidas”, facilitando un acceso expedito a los fondos.24
Además, conllevan “costos legales reducidos” en comparación con las rondas de capital tradicionales o las ampliaciones de capital. Los préstamos convertibles no incurren en “costos asociados (ej. notarías y registros mercantiles) hasta que se formaliza la conversión”.24 Esto minimiza los gastos legales iniciales para las startups, que a menudo operan con presupuestos ajustados.
La “flexibilidad en la valoración” es otro beneficio crucial.21 Las notas convertibles permiten a las empresas “obtener capital sin necesidad de tener una valoración fija desde el principio”.21 Esta característica es ideal para startups, cuya valoración puede ser difícil de determinar con precisión en sus etapas tempranas, posponiendo la decisión de valoración a un momento más maduro del negocio.24
Este instrumento también ofrece una “menor dilución inicial” para los fundadores.21 Dado que la conversión a acciones ocurre en una etapa futura, después de que la empresa ha tenido tiempo de crecer y madurar, los fundadores evitan ceder una parte significativa de su participación accionarial de inmediato, lo que puede ser una ventaja estratégica importante.21
Finalmente, las notas convertibles ofrecen un “potencial de mayores rendimientos para el inversor”.21 Si la empresa crece como se espera, la conversión en acciones puede generar “mayores rendimientos que los intereses de un préstamo tradicional” para el inversor, lo que alinea los intereses de ambas partes con el éxito a largo plazo del negocio.21
La nota convertible funciona como un “acelerador de caja” que, además, ofrece “protección de dilución inicial”. Los préstamos bancarios tradicionales suelen ser lentos en su aprobación y exigen reembolsos fijos e inmediatos.2 En contraste, las notas convertibles proporcionan “rapidez y velocidad” 24 y otorgan “mayor libertad y liquidez temprana” al no requerir pagos iniciales elevados.21 Crucialmente, también “reducen la dilución del capital” 21 para los fundadores, ya que la emisión de acciones se pospone. Esta combinación permite a las startups acceder rápidamente al capital de trabajo o a los fondos de crecimiento necesarios sin renunciar de inmediato a una parte significativa de la propiedad, lo que preserva el capital de los fundadores mientras permite una rápida expansión operativa.
A pesar de las notables ventajas que ofrecen las notas convertibles, es fundamental reconocer y gestionar los desafíos y riesgos asociados a este instrumento financiero.
Una de las principales consideraciones es la “incertidumbre en la valoración”.21 Aunque las notas convertibles evitan la necesidad de una valoración temprana, la valoración final en el momento de la conversión puede ser “menos favorable” si la ronda de inversión futura se cierra bajo condiciones imprevistas o si el crecimiento de la empresa no cumple con las expectativas.21 Esto puede llevar a que los fundadores cedan una mayor participación de lo que inicialmente esperaban.
Otro riesgo significativo es la “recuperación del dinero en caso de fracaso” de la empresa.21 Si la startup no logra crecer como se esperaba o, en el peor de los casos, fracasa, “recuperar el dinero no será simple”.21 Es posible que la empresa no tenga la liquidez suficiente para pagar la deuda en tiempo y forma, lo que podría resultar en pérdidas para el inversor, a pesar de la naturaleza de deuda inicial del instrumento.21
Además, los “términos menos atractivos ante cambios” en el mercado o si surgen mayores necesidades de capital pueden afectar negativamente a la empresa.21 Las condiciones negociadas inicialmente podrían volverse desfavorables si el entorno económico cambia drásticamente o si la empresa requiere inyecciones de capital adicionales que no estaban contempladas en el acuerdo original.
Finalmente, aunque se consideran más sencillas que las rondas de capital de riesgo, las notas convertibles pueden implicar una “complejidad en los términos legales”.24 Las startups deben asegurarse de contar con asesoría legal y financiera adecuada para comprender completamente las implicaciones de este tipo de financiamiento y estructurar las notas de manera que sean beneficiosas y justas para ambas partes.24
La deuda convertible, si bien evita la dilución inicial, conlleva un “riesgo de dilución futura”. Aunque los fundadores no ceden capital inmediatamente, la conversión posterior puede resultar en una dilución significativa si la empresa no alcanza el crecimiento esperado o si la valoración de la ronda de conversión es inferior a lo previsto. Esto implica una compensación: la flexibilidad y el acceso rápido al capital en las etapas iniciales se intercambian por la posibilidad de una mayor dilución en el futuro si el desempeño no es óptimo. La gestión de este riesgo requiere una planificación cuidadosa y una comprensión clara de los escenarios de crecimiento.
Las notas convertibles han sido un instrumento fundamental para el crecimiento de numerosas startups, especialmente aquellas que operan en sectores de alto potencial pero con valoraciones iniciales difíciles de establecer. Aunque los datos no siempre detallan una comparación explícita con préstamos bancarios para cada caso, la elección de una nota convertible a menudo se debe a la incapacidad o la falta de idoneidad de la banca tradicional para financiar modelos de negocio innovadores o en etapas muy tempranas.
Un ejemplo destacado es Kavak, la plataforma mexicana de compraventa de autos seminuevos. Inicialmente, Kavak recibió un crédito simple de Anteris, para luego ser acompañada en el levantamiento de capital mediante la suscripción de acciones y el uso de notas convertibles.16 Esta estrategia de financiamiento flexible fue crucial para su rápido crecimiento, permitiéndole convertirse en el primer unicornio mexicano en 2020.16 La capacidad de Anteris para adaptarse a las necesidades cambiantes de Kavak, pasando de deuda a capital, demuestra cómo las notas convertibles pueden ser un instrumento clave para startups de alto crecimiento que requieren capital adaptable a medida que evolucionan.
En general, las notas convertibles son “ideales para startups que buscan financiamiento en sus primeras etapas sin tener que valorar la empresa de manera temprana”.24 Esto es particularmente relevante para las empresas de tecnología, que a menudo carecen de activos tangibles que los bancos tradicionales podrían requerir como garantía, y donde el valor reside en el potencial de crecimiento y la propiedad intelectual. La agilidad en la obtención de fondos y la flexibilidad en los términos, como la postergación de la valoración, hacen que las notas convertibles sean una opción más adecuada que los préstamos bancarios para este tipo de empresas.
Empresas como Sika, Teva y SMIC han emitido bonos convertibles a nivel corporativo, lo que demuestra la versatilidad de este instrumento en diferentes escalas y sectores, aunque no sean directamente startups que optaron por ello en lugar de un préstamo bancario en sus inicios.26 La flexibilidad y la capacidad de las notas convertibles para alinear los intereses de inversores y fundadores con el crecimiento a largo plazo del negocio, sin la rigidez de una valoración inmediata, las convierten en una herramienta poderosa en el ecosistema de la innovación.
Los fondos puente, también conocidos como préstamos puente o financiación de brechas, son una categoría de financiamiento a corto plazo diseñada para proporcionar capital inmediato y cubrir una “brecha temporal de flujo de caja” o un “período de transición” mientras se organiza una solución de financiamiento más permanente.27 Su nombre deriva de su función de “cerrar la brecha” entre una situación financiera actual y una deseada.31
Estos préstamos se utilizan comúnmente en diversas situaciones, incluyendo la adquisición de una nueva vivienda antes de la venta de la actual, inversiones inmobiliarias con intención de remodelar y revender (conocido como fix-and-flip), el financiamiento empresarial durante períodos de transición (como fusiones y adquisiciones, o compras importantes de inventario y equipos costosos), y transacciones de bienes raíces comerciales.27 La cantidad de dinero que se puede obtener a través de un fondo puente suele basarse en el valor de la propiedad o proyecto en cuestión, y generalmente se otorga como un porcentaje del valor estimado.30
La agilidad es la ventaja competitiva fundamental de los fondos puente. Su valor principal radica en la capacidad de permitir una acción rápida para aprovechar oportunidades sensibles al tiempo, algo que los préstamos bancarios tradicionales, con sus procesos más lentos y burocráticos, a menudo impedirían. Por ejemplo, en el sector inmobiliario comercial, un desarrollador puede utilizar un préstamo puente para “cerrar el trato rápidamente” en una propiedad muy solicitada, reduciendo el riesgo de perderla frente a otro comprador.27 Esta inmediatez, a cambio de costos potencialmente más elevados, demuestra cómo los fondos puente son una herramienta financiera que permite capitalizar oportunidades que de otro modo serían inaccesibles debido a la lentitud de los mecanismos de financiación tradicionales.27
Los fondos puente encuentran su aplicación más frecuente en el sector inmobiliario y en situaciones de transición empresarial, donde la rapidez y la flexibilidad son cruciales para aprovechar oportunidades.
En el ámbito de la compra de propiedades inmobiliarias, tanto residenciales como comerciales, los fondos puente son una herramienta valiosa. Permiten a los compradores adquirir una nueva vivienda antes de vender la actual, proporcionando los fondos para el pago inicial y los costos de cierre.27 Una vez que la vivienda actual se vende, los ingresos se utilizan para pagar el préstamo puente, evitando así que los propietarios pierdan oportunidades en mercados competitivos.27 De manera similar, los inversionistas inmobiliarios utilizan estos préstamos para comprar propiedades con la intención de renovarlas y revenderlas rápidamente (fix-and-flip), lo que les permite asegurar propiedades en mercados competitivos sin esperar el financiamiento a largo plazo.27 Un ejemplo claro es un desarrollador que utiliza un préstamo puente para adquirir una propiedad comercial de alta demanda en una ubicación excelente, cerrando el trato rápidamente y mitigando el riesgo de perder la oportunidad frente a un competidor.27 GoKapital, por ejemplo, se ha establecido como un prestamista de préstamos puente de dinero fuerte, ofreciendo aprobaciones y financiamiento rápidos para propiedades unifamiliares, multifamiliares, comerciales e industriales.32
En cuanto al financiamiento de transiciones empresariales, las empresas recurren a los fondos puente para cubrir costos operativos o realizar compras importantes mientras esperan recibir financiamiento a largo plazo o ingresos futuros.27 Esto es común en escenarios de fusiones y adquisiciones, grandes compras de inventario o la adquisición de equipos costosos.27
Los fondos puente representan una “solución de liquidez táctica”. Su principal función es proporcionar liquidez inmediata para capitalizar oportunidades que exigen una acción rápida. A diferencia de los préstamos bancarios tradicionales, que son más rígidos y lentos, los fondos puente actúan como una herramienta financiera flexible para necesidades específicas y urgentes. Permiten a empresas e individuos asegurar posiciones ventajosas en el mercado que, de otro modo, serían inaccesibles, como la adquisición de una propiedad deseable antes de que otro comprador la obtenga.27
Los fondos puente ofrecen ventajas distintivas que los hacen una opción superior al crédito bancario tradicional en situaciones específicas donde la velocidad y la flexibilidad son primordiales.
La principal ventaja es el “rápido acceso a fondos”.27 Los préstamos puente suelen aprobarse y financiarse de manera significativamente más rápida que los préstamos tradicionales, lo que los convierte en una solución ideal para situaciones con plazos acotados y oportunidades que no pueden esperar.27
Adicionalmente, proporcionan una notable “flexibilidad en el pago”.27 Los prestatarios calificados pueden tener opciones para realizar pagos de solo intereses o incluso aplazar los pagos hasta el vencimiento del préstamo, lo que permite una gestión de liquidez más adaptada a la situación temporal.27
Los fondos puente también “facilitan las transiciones y aumentan el poder adquisitivo”.27 Permiten a los prestatarios avanzar con compras o inversiones importantes sin tener que esperar a que se completen las ventas pendientes de otros activos. Esto es particularmente útil para los compradores de vivienda, ya que un préstamo puente les faculta para presentar ofertas de compra competitivas sin la necesidad de incluir una condición relacionada con la venta de su vivienda actual, lo que puede aumentar las probabilidades de que el vendedor acepte su oferta en un mercado competido.27
Los fondos puente actúan como “catalizadores de oportunidad” en mercados dinámicos. El beneficio central de estos préstamos es su velocidad. En mercados que evolucionan rápidamente, como el inmobiliario, las oportunidades pueden desaparecer con la misma celeridad, por ejemplo, la adquisición de una propiedad en un entorno competitivo.27 Los préstamos bancarios tradicionales, con sus “procesos de aprobación más largos” 3, harían que estas oportunidades se perdieran. Los fondos puente, a pesar de sus costos más elevados, permiten una acción inmediata, lo que demuestra su papel como “catalizadores de oportunidad” que posibilitan a empresas e individuos asegurar posiciones ventajosas que, de otro modo, serían inalcanzables.
A pesar de sus beneficios en términos de velocidad y flexibilidad, los fondos puente conllevan importantes consideraciones y riesgos que deben ser evaluados cuidadosamente.
Una de las desventajas más destacadas son las “tasas de interés y cargos más elevados”.27 Los préstamos puente generalmente tienen tasas de interés, comisiones de apertura y costos de cierre más altos que los préstamos a largo plazo de menor riesgo, lo que los convierte en una opción más costosa.27
Además, el “período de pago corto” es una característica inherente.27 Los prestatarios a menudo deben pagar el préstamo en un plazo de apenas unos cuantos meses o un año, lo que puede generar una presión financiera considerable si la solución de financiamiento permanente se retrasa.27
Un riesgo crítico es que “no se materialice el financiamiento permanente”.27 Si el financiamiento a largo plazo con el que el prestatario cuenta para pagar el préstamo puente se demora o no se concreta, el prestatario podría verse forzado a refinanciar el préstamo puente, solicitar un nuevo préstamo o, en el peor de los casos, perder su garantía prendaria.27 Debido a este período de pago rápido, los préstamos puente presentan un “mayor riesgo para los prestamistas” que los tipos de préstamos más permanentes, lo que justifica las tasas de interés más altas.27
Otros riesgos adicionales incluyen la posible “desconexión entre la economía real y los mercados financieros”, la “alta y creciente vulnerabilidad de las empresas” debido al aumento de la carga de la deuda, la puesta a prueba de la “resiliencia de los bancos” en escenarios macroeconómicos adversos, y una “mayor interconexión” de las vulnerabilidades en múltiples sectores financieros.33
El “costo de la inmediatez” y la gestión del riesgo de transición son aspectos cruciales de los fondos puente. Las ventajas de velocidad y flexibilidad tienen un precio: “tasas de interés y cargos más elevados”.27 Esto revela una compensación donde el acceso inmediato al capital para aprovechar oportunidades se equilibra con costos más altos. Además, el “riesgo de que no se materialice el financiamiento permanente” 27 subraya que los fondos puente son soluciones temporales que requieren una estrategia de salida clara. Por lo tanto, las empresas no solo deben gestionar el costo inicial, sino también el riesgo de transición subsiguiente de manera efectiva.
La coinversión operativa es una estrategia de financiamiento colaborativa que se enfoca en la ejecución de “proyectos específicos”.34 A diferencia de otros modelos de inversión, en la coinversión operativa, los participantes (como promotores y particulares) “no llegan a ser socios en el capital” de la empresa subyacente, y el “plazo de tiempo tiene una duración definida de antemano”.34 Esto la distingue de la coinversión corporativa, donde los participantes sí se convierten en socios en el capital y el plazo es indefinido.34
Este modelo es comúnmente aplicado en sectores como el capital privado, la infraestructura y en startups, donde los inversores pueden adoptar un papel activo en el desarrollo del negocio y en la toma de decisiones clave para su crecimiento.10 La coinversión operativa se estructura a menudo como una entidad legal conjunta o a través de acuerdos individuales, como contratos de coinversión.10
La coinversión operativa se define como un “modelo de colaboración activa”. No se trata solo de agrupar capital, sino de combinar recursos, conocimientos y redes. En muchos casos, uno de los coinversores asume el papel de “inversor líder o administrador”, lo que reduce la carga administrativa y operativa para los demás participantes.10 Esta estructura permite a los inversores participar en proyectos sin la necesidad de involucrarse activamente en la gestión diaria, lo que representa una gran ventaja para aquellos que desean invertir sin una participación operativa intensiva.10
El proceso de coinversión operativa es estructurado y busca maximizar la eficiencia y el impacto de la inversión conjunta. Inicia con la “identificación de la oportunidad de inversión”, que a menudo surge de una entidad líder como un fondo de inversión o una firma de capital privado.10 A esto le sigue un exhaustivo “análisis de viabilidad y due diligence“, que implica evaluar el potencial del proyecto, los riesgos asociados y la posible rentabilidad para determinar si el proyecto es viable y se alinea con los objetivos de los coinversores.10
Una vez validada la oportunidad, se procede a la “estructuración del acuerdo de coinversión”, donde se especifican los términos clave, como el porcentaje de participación de cada inversor, los derechos y responsabilidades, y las condiciones de salida o liquidación. Este contrato sirve como base legal y guía el funcionamiento de la coinversión.10 Posteriormente, cada coinversor realiza su “aportación de capital” según lo acordado, destinando estos fondos a financiar el proyecto o la empresa.10
Durante la fase de “gestión y monitoreo de la inversión”, un inversor líder o administrador suele supervisar el desarrollo del proyecto y la toma de decisiones operativas y estratégicas, mientras que los coinversores reciben informes periódicos sobre el estado de la inversión.10 Finalmente, se realiza la “distribución de retornos”, que puede ser periódica (como en proyectos de alquiler inmobiliario) o culminar en una ganancia significativa en el momento de la venta o liquidación del activo.10
Las coinversiones operativas son comunes en diversos sectores. En el sector inmobiliario, ofrecen una “rentabilidad bruta” que puede alcanzar hasta el 70% en un plazo de cinco años, considerando el alquiler y la revalorización del inmueble.34 Permiten invertir en múltiples inmuebles (viviendas, locales, oficinas, naves industriales) desde montos accesibles y con “fácil gestión”.34 También se aplican en startups, donde los inversores pueden tomar un papel activo en el desarrollo del negocio 10, y en proyectos de infraestructura, donde las empresas buscan diversificar sus inversiones sin asumir todo el riesgo por sí solas.10
La coinversión permite la “validación y amplificación de recursos”. La participación de múltiples coinversores en un proyecto genera “más confianza” en otros inversores, prestamistas y socios potenciales, lo que aporta “más solidez y seguridad” al proyecto.10 Además, la coinversión “permite ampliar los recursos disponibles para el proyecto”, no solo en términos de capital, sino también de “conocimientos o redes de contactos”, lo que abre las puertas a nuevas oportunidades y aumenta las posibilidades de éxito.10 Esta sinergia de recursos y la validación externa son cruciales para el desarrollo y la escalabilidad de los proyectos.
La coinversión operativa ofrece una serie de beneficios que la distinguen favorablemente del financiamiento bancario tradicional, especialmente para proyectos que buscan una colaboración más profunda y una distribución de riesgos.
En primer lugar, facilita el “acceso a proyectos de alta rentabilidad con menos riesgos”.10 Al compartir la carga financiera, los inversores pueden participar en iniciativas atractivas de manera más segura y estratégica, diluyendo la exposición individual al riesgo.10
En segundo lugar, promueve una “mayor diversificación” en la cartera de inversiones.10 Los inversores pueden distribuir sus recursos en diferentes sectores y proyectos, minimizando así el impacto de posibles pérdidas en una sola inversión.10
En tercer lugar, ofrece una “flexibilidad en la gestión y reducción de la carga administrativa”.10 En muchos casos, uno de los coinversores asume el papel de inversor líder o administrador, lo que reduce la carga operativa para los demás participantes, permitiéndoles invertir sin una gestión activa directa.10
Además, la coinversión proporciona “validación y respaldo”.10 La participación de múltiples coinversores en un proyecto puede generar una mayor confianza en otros inversores, prestamistas y socios potenciales, aportando solidez y seguridad al proyecto.10
Finalmente, permite una “ampliación de recursos y oportunidades”.10 La coinversión no solo suma capital, sino también “conocimientos o redes de contactos”, lo que abre puertas a nuevas oportunidades y aumenta las posibilidades de éxito del proyecto.10
La coinversión se configura como un “ecosistema de apoyo” que trasciende la mera financiación. A diferencia de un préstamo bancario, que es una transacción financiera unidireccional, la coinversión implica un flujo multidireccional de recursos. No solo aporta capital, sino también “conocimientos o redes de contactos” 10, “validación y respaldo” 10 y “flexibilidad en la gestión”.10 Este enfoque crea un entorno de apoyo mutuo donde la experiencia compartida y el riesgo diversificado mejoran la viabilidad y el potencial de éxito del proyecto, un beneficio que va mucho más allá de lo que la deuda tradicional puede ofrecer.
A pesar de sus ventajas, la coinversión operativa presenta desafíos y riesgos que deben ser gestionados cuidadosamente para asegurar el éxito del proyecto.
Uno de los principales inconvenientes son los “conflictos de intereses”.10 Cuando varios inversores están involucrados, pueden surgir diferentes opiniones con respecto a la estrategia o a la gestión del proyecto. Estos conflictos pueden “ralentizar la toma de decisiones y afectar a la rentabilidad de la inversión”.10
Otro aspecto es el “menor control directo”.10 Los coinversores, especialmente aquellos que no asumen el rol de líder, pueden tener una influencia limitada sobre las decisiones estratégicas o el momento de la salida de la inversión, lo que puede afectar los resultados.10
También existen “costos de gestión” adicionales.10 Estos pueden incluir honorarios de los gestores o administradores de la inversión, lo que debe tenerse en cuenta en la rentabilidad total, especialmente si los márgenes de beneficio previstos son ajustados.10
Además, los proyectos de coinversión, especialmente en el ámbito del desarrollo, pueden enfrentar riesgos operacionales. Estos incluyen riesgos de la operativa interna (errores de planificación, mala ejecución de procesos), riesgos externos (desastres naturales, cambios regulatorios), riesgos de personal (filtración de información, falta de personal capacitado) y riesgos tecnológicos (ciberataques, tecnología obsoleta).35 Los emprendedores sociales, por ejemplo, operan con recursos limitados, enfrentan dificultades para acceder a financiación, necesitan desarrollar modelos de negocio sostenibles, y la medición de su impacto es compleja y costosa.36 A esto se suman desafíos específicos en ciertas regiones, como la infraestructura insuficiente, la inestabilidad política y los efectos del cambio climático.36
La complejidad de la “gobernanza compartida” es el principal desafío de la coinversión. Si bien este modelo ofrece ventajas significativas, los “conflictos de intereses” y el “menor control directo” 10 señalan una dificultad crítica. La gestión de opiniones diversas y la búsqueda de alineación entre múltiples inversores exige mecanismos de gobernanza robustos y acuerdos claros. Esta complejidad en la toma de decisiones compartida puede obstaculizar la agilidad e incluso la rentabilidad, haciendo que la estructuración legal e interpersonal sea tan crucial como la contribución financiera en sí misma.
La coinversión operativa ha demostrado su eficacia en una variedad de proyectos, especialmente aquellos con un fuerte componente de impacto social o que requieren una colaboración estratégica para su desarrollo.
Un ejemplo notable se encuentra en los Proyectos de Impacto Social impulsados por la Open Value Foundation. Esta fundación ha realizado coinversiones en empresas como UMOA Cosmetics (España), una empresa de cosméticos naturales que financia programas de desarrollo social; Whesoyy (Ghana), una compañía de alimentos que produce cereales en polvo para combatir la desnutrición; y Ed Partners (Kenia), una empresa que ofrece soluciones de financiación a colegios de escasos recursos para mejorar el acceso a la educación de calidad.36 Estos casos ilustran cómo la coinversión permite abordar desafíos complejos y generar un impacto social y medioambiental positivo, trascendiendo la mera rentabilidad financiera, un enfoque que la banca tradicional no suele priorizar.
Otro ejemplo significativo es el Fondo de Coinversión (FOCO) en España. Este fondo, gestionado por COFIDES, aprobó sus tres primeras inversiones por un total de 220 millones de euros en fondos gestionados por Azora Gestión (enfocado en soluciones de descarbonización), Eurazeo (centrado en la transformación digital de empresas tecnológicas españolas) y Hy24 (especializado en la economía del hidrógeno).37 Estas inversiones tienen como objetivo atraer inversión extranjera adicional y promover la innovación sostenible y la transición digital en España. Este tipo de coinversión público-privada demuestra la capacidad de esta modalidad para impulsar proyectos de gran escala con una visión de futuro y un impacto económico y social significativo, algo que va más allá de lo que un crédito bancario simple podría ofrecer.
El financiamiento estructurado es un término amplio que se refiere a “soluciones financieras o productos los cuales son estructurados para satisfacer necesidades específicas”.38 Su propósito fundamental es la “financiación y traslación de riesgo”.38 Se utiliza particularmente cuando el financiamiento tradicional es escaso, no está disponible o resulta demasiado costoso.38
Esta modalidad implica la creación de “paquetes de financiación personalizados” con “recurso limitado a la empresa”.39 Es una forma de “ingeniería financiera” que se centra en identificar, distribuir y mitigar riesgos a través de vehículos legales y financieros cuidadosamente diseñados.38 Al separar o limitar los riesgos del balance de los patrocinadores, el financiamiento estructurado genera una mayor confianza en los inversores y promueve el flujo de capital.40
Dentro del financiamiento estructurado, dos herramientas principales destacan: el Project Finance y las Asset-Backed Securities (ABS) o titulización de activos.38 El Project Finance es una modalidad idónea para proyectos de infraestructura (energía, transporte, telecomunicaciones, etc.).40 Las ABS, por su parte, consisten en la “agrupación” de una cartera de activos (como hipotecas, préstamos o facturas por cobrar) para “emitir valores que otorgan a los inversionistas el derecho a percibir los flujos de caja generados por dichos activos”.40
El financiamiento estructurado es fundamentalmente una “ingeniería financiera para la mitigación de riesgos”. Su objetivo principal es identificar, distribuir y mitigar riesgos a través de vehículos legales y financieros meticulosamente diseñados.38 Al separar o limitar los riesgos del balance de los patrocinadores del proyecto, esta modalidad genera una mayor confianza en los inversores y fomenta el flujo de capital.40 Esto permite que proyectos de gran envergadura, que de otro modo serían percibidos como demasiado arriesgados para el financiamiento tradicional, se vuelvan atractivos para una base más amplia de inversores.
El financiamiento estructurado engloba diversas modalidades, cada una con un funcionamiento específico adaptado a las necesidades del proyecto y la gestión de riesgos.
Una de las modalidades más importantes es el Project Finance. Su característica distintiva es el “recurso limitado (limited o non-recourse)”, lo que significa que el repago de la deuda y la rentabilidad para los inversores dependen en gran medida de los flujos de caja generados por el propio proyecto, y no de la solvencia general de la empresa patrocinadora.40 Este modelo busca una “asignación de riesgos” donde cada riesgo (constructivo, operativo, regulatorio) sea asumido por la parte que mejor puede gestionarlo, lo que refuerza la estabilidad y viabilidad del proyecto.40 El Project Finance es particularmente adecuado para “proyectos de infraestructura” de gran escala, como los de energía, transporte y telecomunicaciones.40
Otra modalidad clave son las Asset-Backed Securities (ABS), también conocidas como titulización o securitización. Su principio básico consiste en “agrupar” una cartera de activos (como hipotecas, préstamos o facturas por cobrar) y “emitir valores que otorgan a los inversionistas el derecho a percibir los flujos de caja generados por dichos activos”.38 Estos valores se clasifican en distintos “tramos” (senior, mezzanine, subordinado/equity), cada uno con diferentes niveles de riesgo y rentabilidad. Agencias de calificación crediticia independientes evalúan el riesgo de estos valores y asignan calificaciones para atraer a diversos perfiles de inversión.38 Esta alternativa es “especialmente útil para entidades que buscan monetizar sus cuentas por cobrar de forma eficaz”.40 La securitización implica la transferencia efectiva e irrevocable de los activos del originador a una “entidad de objeto único” (Special Purpose Vehicle – SPV), que emite los valores negociables.38
El financiamiento estructurado se basa en la “desintermediación financiera y optimización de capital”. La securitización permite que las empresas “tomen los recursos directamente del mercado de capitales” 38, lo que representa un proceso de desintermediación financiera. Esta capacidad proporciona liquidez a activos ilíquidos (como una hipoteca a 30 años) y maximiza el monto obtenido de la transferencia de crédito, permitiendo realizar beneficios de inmediato.38 Al transferir activos de modo que no puedan ser alcanzados por los acreedores de la entidad cedente en caso de quiebra, y al plasmar reservas y pasivos contingentes fuera del balance, se minimizan los riesgos y se optimiza el uso del capital.38 Esta sofisticada metodología permite a las empresas eludir a los intermediarios tradicionales y gestionar su capital de manera más eficiente.
El financiamiento estructurado ofrece ventajas significativas sobre el crédito bancario tradicional, especialmente para proyectos de gran envergadura y complejidad, al abordar de manera más eficiente la gestión de riesgos y la optimización de capital.
En primer lugar, permite el “acceso a capital para proyectos de gran escala”.4 Esta modalidad es capaz de viabilizar “proyectos de alto impacto económico y social” 40 que, por su magnitud o perfil de riesgo, la banca tradicional podría no estar dispuesta a financiar o lo haría bajo condiciones mucho más restrictivas.
En segundo lugar, se destaca por la “mitigación de riesgos y la generación de mayor confianza para los inversores”.40 Al separar o limitar los riesgos del balance de los patrocinadores, el financiamiento estructurado crea un entorno de mayor seguridad para los inversores, lo que a su vez “promueve el flujo de capital” hacia estos proyectos.40
Una ventaja crucial es el concepto de “recurso limitado (limited recourse)”.40 Esto implica que el repago de la deuda depende principalmente de los flujos de caja generados por el propio proyecto, y no de la solvencia general o el balance de la empresa patrocinadora. Esto reduce la exposición directa de la empresa matriz y es una diferencia fundamental con los préstamos corporativos tradicionales.
Además, al reducir el riesgo para el prestamista, el financiamiento estructurado puede resultar en “tasas de interés reducidas y plazos más largos”.39 Esto se debe a que la estructura legal y financiera está diseñada para aislar y mitigar riesgos, lo que permite a los financiadores ofrecer condiciones más favorables.
También posibilita un “mayor apalancamiento” que el que se podría lograr con el financiamiento corporativo tradicional.41 En algunos casos, la relación deuda-capital puede superar el 90:10, lo que permite a los patrocinadores emprender proyectos más grandes con una menor proporción de capital propio.41
Finalmente, la capacidad de mantener la “deuda fuera de balance” (off-balance sheet debt) es una ventaja significativa.41 Esto significa que la deuda asociada al proyecto no impacta negativamente la calificación crediticia de la empresa matriz ni su nivel de endeudamiento corporativo adicional, preservando su capacidad para obtener otros financiamientos.41
La “especialización de riesgo” es un factor clave que habilita proyectos a gran escala. Los préstamos bancarios tradicionales suelen estar limitados por la solvencia general del prestatario y su balance. El financiamiento estructurado, particularmente el Project Finance, modifica fundamentalmente esta dinámica al aislar los riesgos específicos del proyecto y asignarlos a las partes mejor equipadas para gestionarlos.40 Esta “especialización de riesgo” posibilita la financiación de proyectos masivos y complejos, como infraestructuras, que serían demasiado arriesgados o intensivos en capital para una sola entidad o un préstamo bancario tradicional. Al distribuir el riesgo y atraer a diversos inversores basándose en los flujos de caja inherentes del proyecto, en lugar de la solvencia general del patrocinador, se abren puertas a inversiones de gran impacto.
A pesar de la sofisticación y las ventajas del financiamiento estructurado, existen desafíos y riesgos inherentes que deben ser comprendidos y gestionados.
Una de las principales desventajas es su “complejidad y costo”.42 Los productos estructurados son a menudo “complicados” y conllevan “tarifas” significativas debido a su naturaleza personalizada.42 El diferencial de oferta y demanda (bid-ask spread) en un producto estructurado tiende a ser considerablemente más amplio que el de una acción típica, lo que compensa la complejidad para el emisor.42
Existe un “riesgo del emisor” (issuer risk).42 Aunque un producto estructurado puede diseñarse para eliminar el riesgo de mercado, subsiste el riesgo de que el propio emisor se declare insolvente. Dado que estas soluciones son obligaciones de crédito no garantizadas de la empresa emisora, el tenedor podría perder hasta el 100% de su inversión si el emisor quiebra, como ocurrió con Lehman Brothers.42 Por lo tanto, el inversor asume el riesgo de contraparte, lo que subraya la importancia de elegir un socio financiero estable.
La “iliquidez” es otra consideración importante.42 A diferencia de la mayoría de las acciones, que se pueden vender fácilmente, un producto estructurado a menudo es difícil de revender debido a su personalización y diseño para objetivos específicos. Esto hace que el inversor dependa del emisor del producto, que también suele actuar como creador de mercado, y puede requerir mantener la estructura hasta su vencimiento.42
Además, el financiamiento estructurado está sujeto a riesgos adicionales como la “volatilidad de los activos” subyacentes (sensibilidad a las tasas de interés), el “riesgo de crédito” (incumplimiento del deudor), el “riesgo de tasa de interés” (desajustes entre flujos de fondos y pasivos), el “riesgo de amortización” (pagos de capital no programados), el “riesgo de morosidad”, el “riesgo del tipo de cambio” y los “riesgos legales y fiscales”.38 También se suma el “trabajo intensivo de revisión documental”, ya que la securitización de carteras de crédito puede involucrar cientos de activos individuales.38
Finalmente, existe un potencial “conflicto de intereses en la calificación crediticia”.38 Dado que los emisores pagan por las calificaciones, y estas tarifas constituyen una parte importante de los ingresos de las agencias, puede haber un incentivo para favorecer los intereses del emisor, lo que podría llevar a calificaciones iniciales más favorables o a menos rebajas, un fenómeno conocido como “rating shopping”.38
A pesar de su sofisticación, la “opacidad inherente” es el principal desafío del financiamiento estructurado. Aunque estos instrumentos están diseñados para mitigar riesgos, su complejidad puede hacerlos “difíciles de entender para inversores menos experimentados”.42 El “trabajo intensivo de revisión documental” y el potencial de “información asimétrica y conflictos de interés” en la calificación crediticia 38 apuntan a una falta de transparencia intrínseca. Esto hace que una diligencia debida exhaustiva y el asesoramiento financiero experto sean críticos, ya que la misma complejidad que busca mitigar el riesgo también puede ocultarlo, lo que lleva a desafíos imprevistos para los inversores.
El financiamiento estructurado ha sido fundamental para la materialización de proyectos de gran envergadura, especialmente en los sectores de infraestructura y energía, donde el crédito bancario tradicional a menudo resulta insuficiente o inadecuado.
En el sector de proyectos de infraestructura y energía, se encuentran ejemplos significativos:
En cuanto a la titulización de activos (ABS), aunque los datos no proporcionan ejemplos específicos de empresas que hayan utilizado esta modalidad en lugar de la banca tradicional con un detalle comparativo, se subraya que esta alternativa es “especialmente útil para entidades que buscan monetizar sus cuentas por cobrar de forma eficaz”.40 Esto sugiere que empresas con grandes volúmenes de activos ilíquidos, pero con flujos de caja predecibles (como carteras de hipotecas, préstamos al consumo o facturas comerciales), pueden recurrir a la titulización para obtener liquidez sin depender de los préstamos bancarios tradicionales. Al empaquetar estos activos en valores negociables, pueden acceder directamente a los mercados de capitales, transfiriendo el riesgo y obteniendo fondos de manera más eficiente.
El análisis precedente ha desvelado un panorama financiero empresarial que va mucho más allá de la oferta tradicional de la banca. Las limitaciones inherentes al crédito bancario —su rigidez, burocracia, estrictos requisitos de garantía y pagos fijos— han impulsado una notable innovación en el sector financiero. Esta rigidez, lejos de ser un mero obstáculo, ha actuado como un catalizador, fomentando el surgimiento y la maduración de alternativas que se adaptan con mayor flexibilidad a las necesidades dinámicas de las empresas modernas.
Las alternativas al financiamiento bancario, como el levantamiento privado de capital, el crédito convertible, los fondos puente y el financiamiento estructurado, no solo ofrecen capital, sino que redefinen la relación entre la empresa y sus financiadores. Se ha evidenciado un cambio de paradigma: del “prestamista” al “socio estratégico”. Estas modalidades proporcionan acceso a grandes sumas de capital, mejoran la gestión empresarial a través del apoyo estratégico y de redes de contactos, aceleran el crecimiento, diversifican el riesgo y ofrecen una flexibilidad crucial en la valoración y los plazos.
El capital privado, por ejemplo, se ha demostrado como un motor de transformación operativa, no solo financiera, llevando a empresas como Carrot y Kavak a crecimientos exponenciales y a posiciones de liderazgo en el mercado. El crédito convertible actúa como un puente estratégico para las startups con valoraciones inciertas, ofreciendo un “acelerador de caja” con protección de dilución inicial, vital para la agilidad en etapas tempranas. Los fondos puente, por su parte, son “catalizadores de oportunidad” en mercados dinámicos, permitiendo a las empresas actuar con la inmediatez que el crédito tradicional no puede ofrecer. Finalmente, el financiamiento estructurado emerge como una “ingeniería financiera para la mitigación de riesgos”, habilitando proyectos de infraestructura y energía de gran escala a través de la especialización del riesgo y la optimización de capital.
Sin embargo, es crucial reconocer que estas alternativas no están exentas de desafíos. Implican consideraciones como costos potencialmente más elevados, la cesión de cierto control, la complejidad en sus términos legales y la necesidad de una gestión rigurosa de los riesgos inherentes. La “paradoja del control” en el capital privado (menos autonomía, más potencial de éxito), el “costo de la inmediatez” en los fondos puente, la “complejidad de la gobernanza compartida” en la coinversión y la “opacidad inherente” en el financiamiento estructurado son aspectos que requieren una comprensión profunda y una planificación estratégica.
La elección de la alternativa de financiamiento más adecuada depende intrínsecamente de las necesidades específicas de la empresa, su etapa de desarrollo, su tolerancia al riesgo y sus objetivos de crecimiento a largo plazo. No existe una solución única para todos; la clave reside en una evaluación informada y estratégica.
En este contexto complejo y de oportunidades, Investal se posiciona como el aliado estratégico indispensable para los empresarios. Al comprender a fondo las complejidades y los beneficios de cada una de estas alternativas, Investal puede guiar a las empresas a través de este nuevo paradigma financiero. Su experiencia permite identificar la opción más alineada con la visión y el potencial de cada negocio, rompiendo eficazmente con la dependencia del crédito bancario y abriendo caminos más flexibles, estratégicos y, en última instancia, más propicios para el éxito y el crecimiento sostenido.